La Elegida

 - Algo tenemos que hacer para mover la roca.- Dijo Ámbar.

- Bárbaro, yo empujo de acá y vos de este lado. - Justina se colocó junto a Ámbar y empujaron. Cansadas y exhaustas, se tiraron al suelo.

- No se puede, está pensado para que usemos nuestro intelecto, nuestros poderes.- Justina sacó de un pequeño bolso una piedrita negra y trazó en el suelo un círculo casi perfecto. Esperó unos segundos y murmuró varias veces una oración que Ámbar no pudo escuchar. Dejó la piedra dentro del círculo y se alejó. 

Ámbar esperó algunos minutos y preguntó:

- ¿Qué estamos esperando? -

- Un portal, la obsidiana sirve para hacer portales en ciertos lugares, pero creo que esa magia no funciona acá.- Ámbar cerró los ojos y comenzó a dibujar formas con las manos que quedaban en el aire como finísimos hilos de plata y oro. Tocó la piedra. El salón tembló por completo. Luego fue inundado del absoluto silencio.

- Pensé realmente que ibas a poder- Justina buscó en su cinturón y sacó de un estuche, una daga de diamante. 

- No pongas esa cara, los diamantes pueden destruir escombros ancestrales y si este es un escombro ancestral por muy grande que sea, no va a aguantar.- Justina golpeó la piedra con la daga, se escuchó un ruido agudo que las ensordeció por algunos segundos. La gran roca no se movió.

- Menos mal que esa daguita de morondanga estaba cubierta con alguna hechicería porque sino se rompía sin duda alguna.- Dijo Ámbar. Volvieron a sentarse en el piso mientras observaban el obstáculo frente suyo.

- ¿Puede ser que sea…?-

- ¿Un embrujo, un gualicho?

- No, hay un mito, de magia avanzada. ¿Podríamos intentarlo?-

- Tenemos que salir, hay una roca enorme impidiéndonos pasar. ¿Te parece perder tiempo con un mito?-

- Es sobre “El pedo más grande del mundo”-

- ¿El qué?-.

- El pedo más grande, el pedo creador. Un gas mágico poderosísimo, tan poderoso que fue capaz de dar vida a este planeta.-

- ¿Es una teoría esto? Parece un chiste-

- Es un mito, Justina, también es una fuerza capaz de ayudarnos-

- Y…¿Cómo se convoca al supuesto pedo más grande del mundo?-

- A través del culo, se utiliza como canal-

- Pensé que era una boludés, pero no, es una boludés gigante-

- ¡Puede ser real! Tal vez sea nuestra salida. Es una magia poderosa que se canaliza desde la boca, pasa por la panza y lo sacás por la cola. Tiene que recorrer todo tu cuerpo para tomar el mayor poder posible, pero es magia muy avanzada yo no creo poder hacerlo-

- Si ese pedo existe sé que podés, el águila de las cumbres altas te eligió a vos para llevar el mayor poder de encantamiento posible y que hagas justicia por nuestro pueblo.- Justina tomó de las manos a Ámbar

- Para eso tenemos que salir de acá, vos podés. Si vos creés en el pedo, yo confío en vos - Ámbar asintió con la cabeza. Se colocó de espaldas a la gran roca, cerró los ojos y comenzó a pensar en todos los encantamientos que había aprendido. El primero había sido el de fuego, luego había sido el hielo, el grito de rechazo, el grito mayor y tantas magias propias de su aldea.

Sintió miedo, de tal vez no ser la elegida. Algo adentro suyo hacía ruido y sabía que, en realidad, si. Que siempre había sido especial, que siempre para bien o para mal, resaltaba. 

Hizo fuerza y recordó a Robertito, su primer amigo imaginario. Se había transformado en un joven alto con barba incipiente que le dedicaba  dulces palabras de aliento, como solía hacerlo años atrás.

Entonces lo supo, estaba adentro suyo. 

Abrió los ojos, respiró profundo hasta que tomó una última bocanada grande de aire, la tragó. Una luz brillante atravesó su cuerpo, bajó por su garganta y panza para seguir bajando. Ámbar se abrazó a sus rodillas y liberó una luz. Era tan blanca que tuvieron que cubrirse los ojos. La sala retumbó con ruidos escandalosos y un polvo gris cayó del alto techo.
La roca se movió hasta dejar la salida, por fin, al descubierto.
Las chicas festejaron con un abrazo.

-Llegando a la aldea, Ámbar se detuvo y miró hacia atrás. Sin darse cuenta, un viaje en búsqueda de ayuda para su pueblo, la había llevado a la transformación. El pedo más grande del mundo era real porque ella era la elegida.