En el fin del mundo

            - ¿Me acompañai a la parada?-La velada había pasado muy rápido y tanto Zuriñe como                 Mariano se habían sentido a gusto con la presencia del otro. Era la primera vez que se                         encontraban a solas después de haberse conocido en Ushuaia.

Después de meses y meses de chatear sobre viajes, familia, relaciones y hobbies se dieron cuenta de que tenían que verse. Ahora los mensajes eran sobre qué estaban haciendo y cómo era la rutina de cada uno. Pero Mariano vivía en Argentina y Zuriñe en Chile. Mariano tuvo que ahorrar algunos meses para sentarse nuevamente a charlar con ella en Chile. 


Cenaron pizza juntos, Mariano hizo alarde de lo superior que eran las pizzas argentinas y Zuriñe le dio la razón. 

-Todo lo que lleve harina es superior en Argentina- le dijo ella. A Mariano le parecía de lo más interesante, profunda y graciosa y también hacía perfecto uso de la farándula Argentina a la hora de los memes, detalle que terminó de conquistarlo.


Mariano era más convencional, pero eso a Zuriñe le atraía, siempre había estado con muchachos que tenían un discurso de aliado feminista y resultaban ser lo más nefasto que se podría haber cruzado. Pero Mariano no, él era simple, le gustaba el buen comer, “El Rey León” como película y cantar a cualquier hora. A Zuriñe le atrajo su voz dulce y afinada. 

Mariano sentía un inmenso deseo de besar a Zuriñe mientras esperaban el colectivo.

Se quedaron en silencio entre tanta charla, se miraron a los ojos, él la tomó de los hombros y la besó. Inmediatamente soltó a Zuriñe de golpe.


Ella preguntó si pasaba algo

- Me dio como electricidad ¿Cachai? - Dijo él con tonada chilena también, se tapó la boca de golpe como quien acaba de decir una barbaridad. Zuriñe estaba desconcertada. - No sé qué está pasando weón- Ella rió.- Te juro que no me lo estoy inventando- Siguió diciendo él manteniendo la tonada.

- Dime ¿Qué sentís?- 

- Sentí una electricidad cuando nos besamos po, que me recorrió todo el cuerpo y ahora sólo puedo hablar así, siento como si me hubiera contagiado weona ¡EL BESO ME CONTAGIÓ!, y no es que sea algo malo de tu parte ¿Cachai?, si yo me venía sintiendo tan bien contigo que quería darte un beso. Que no sólo eso, que quiero ser tu pololo, quiero andar contigo. Pero algo me ha contagiado O PEOR, ES UNA BRUJERÍA-

- ¿Una brujería? - 

- Una del beso del verdadero amor-

- Pero si yo soy tu verdadero amor ¿Por qué nuestro primer beso te dio una maldición chilena? Deja de hablar weadas weón, si no te gustó el beso aguántatelas o me quedo esperando la micro sola -

- Me dio la electricidad, ¿Nunca te ha dado a ti? El contacto-

- ¿La electricidad?-

- Cuando tocas algo o a alguien y te da como un pellizco- Se miraron con atención- Lo que siento es real Zuriñe, confía en mí. Viajé hasta aquí porque me gustas, no lo quiero arruinar po pero creo que tenemos que volver a besarnos para terminar con esto ¿Cachai? - Sentenció Mariano, Zuriñe lo miró y respiró profundo. Fueron interrumpidos por la luz fuerte del colectivo a la distancia

            - Pronto, besémosnos, no quiero quedar así, ¿Confíai en mi?- Ella asintió con la cabeza,                     Mariano volvió a tomarla de los hombros y volvieron a besarse. La electricidad recorrió el                     cuerpo del muchacho nuevamente mientras el colectivo se acercaba. - ¡Che El bondi!- Dijo él,              ambos sonrieron. Se besaron otra vez por instinto, esta vez no hubo electricidad, Mariano                     sabía que todo estaría bien. Ella se subió y él la saludó desde abajo hasta que el colectivo se             perdió en la distancia.

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