El trámite
Una luz blanca le cegó los ojos.
- Usted está en el pabellón cuatro, señor…-
- Darín.-
- Darín. ¿Cuánto?-
- Ricardo.-
- Párese Darín, arréglese un poco las ropas, tome asiento allí- Ricardo siguió las órdenes y se sentó en un banco de plástico.
- Me pueden decir dónde estoy por favor. Pabellón cuatro ¿De qué?-
- Mire, señor Darín, por ahora las preguntas las vamos a hacer nosotros.-
- Igual podríamos acelerar el proceso. ¿No, Ariel?- Un hombre petiso de chaleco y camisa bajó las luces, Ricardo pudo ver al supuesto Ariel, la voz que le venía hablando, más alto que el otro, pero vestido muy similar.
El hombre bajo se acercó a Ricardo.
- Señor Darín, usted se tropezó hoy cinco veces, tenemos que hacer un recuento, buscar motivo y queda liberado.-
- Pero ¿Dónde estoy? ¿Cómo que cinco veces?-
- Está en el pabellón cuatro, nos damos cuenta que hay algo sistemático en esto de tropezarse y de que es claramente una señal para entender a qué le está huyendo en la vida, cuál es el paso importante que no está pudiendo dar.-
- Ajam, bueno comencemos.-
- El primer tropiezo fue en Callao y Corrientes y el segundo a unas cuadras en Corrientes y Talcahuano. ¿Motivos? -
- Déjeme recordar, ¡Ahh sí! El primero fue porque unas señoras me querían sacar una foto y apuré el paso, la segunda creo que fue mirando el celular.- El hombre alto anotó en una planilla a medida que Ricardo contestaba, el hombre bajo solo preguntaba.
- Tercer tropiezo en Santa Fe y Aráoz, cuarto en Santa Fe y Juan B.Justo. ¿Motivos?
- En Santa Fe y Aráoz recuerdo que estaban refaccionando la vereda y estaba salida, en Juan B. Justo…no recuerdo.-
- ¿Iba sin mirar, cerró justo los ojos, había una raíz de árbol, tenía los cordones desatados?-
- Sí, tenía los cordones desatados, están un poco viejos y se desatan solos.-
- Los detalles no importan señor Darín.- Interrumpió el hombre alto.
- Quinto tropiezo en Cabildo esquina con Olleros.- El hombre bajo miró a Ricardo en busca de la respuesta faltante.
- Ehhh, de este me acuerdo, me pisé la bufanda bajando del auto.-
- Bueno Señor Darin, necesitamos encontrar juntos el motivo de estos reiterados tropiezos.Déjeme colocarle el dispositivo.- El hombre bajo volvió a aparecer con una especie de casco con una luz en la parte superior y se lo puso a Ricardo en la cabeza
- ¿A qué le teme?-
- Bueno, le temo bastante a la muerte, a que se muera mi madre.-
- No parece ser el motivo, se tiene que encender la luz.-
- A la enfermedad, que la enfermedad llegue a tocarle la puerta a mi esposa o mis hijos, lo que más quiero.- La luz no se encendió.
- Probemos con algo más pequeño.- El hombre alto asintió
- Miedo a que se me pare el auto, porque está con un ruidito-
- No, no tan pequeño.-
- Sí, bueno hay algo que me estuvo rondando en la cabeza últimamente, creo que es por la edad, mis años en el trabajo…-
- Redondee señor Darín.-
- Tengo miedo a olvidarme la letra- La luz se encendió de un color anaranjado.
- Estamos cerca. ¿Por qué tiene miedo de olvidarse la letra?-
- Tengo mis motivos, la luz se encendió ¿Me puedo ir?-
- Vuelva a sentarse, señor Darín, ¿Por qué tiene miedo de olvidarse la letra?-
- Y ¿Por qué cree que es?- Le preguntó Ricardo al hombre bajo.
- Le estamos preguntando a usted. ¿Por qué tiene tanto miedo a olvidarse la letra?-
- PORQUE ES OBVIO, ES OBVIO, TENGO MIEDO DE QUE ME DESCARTEN.- Ricardo se tapó la cara y lloró casi en silencio, los hombres miraron la luz blanca sobre la cabeza del señor Darín.
- Sin más, señor Darín, lo liberamos, la puerta está por allá- Ricardo se secó las lágrimas, miró a los hombres y caminó lentamente a la puerta hasta salir.
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