El afuera

No quiero salir. Esto se trata de seguridad, de estar estable, sentirme cómoda. Todas cosas que la sociedad debería tomar en cuenta. 

No quiero salir, porque afuera nunca va a ser mejor que entre estas cuatro paredes que no me sorprenden con direcciones extrañas, con peatones lentos. Quiero que todo esté cerca mío y que me pertenezca, no puedo sentirme una recién llegada toda la vida. 


En casa nadie me puede juzgar, soy impune, digo barbaridades frente al televisor, me siento toda desordenada en la mesa, frente a la compu. 

Afuera todo tiene que tener un propósito, y yo no tengo nada. A veces solo quiero quedarme parada frente a la mesa del comedor esperando que me vengan las ganas de meterme en la ducha. 


Soy amiga de mis espacios, de la corta distancia entre la entrada y el living comedor, donde la gata más chica duerme eventualmente. La esquina junto al armario de entrada que llamo “Callao y Corrientes”. El rincón intransitable de las bicicletas donde me prometí, como si esto fuera el mundo exterior, que tenía que hacer algo con ellas, colgarlas, pararlas de algún modo.


No quiero salir para estar lejos de mi cama, de la vista de los edificios, del amarillo viejo y el horizontal, donde las luces parecen prenderse todas juntas. Porque amo el camino hacia el baño, mi baño y la sensación de rutina divina que significa caminar hacia mi oficina. Correr las cortinas, sentarme acá. 


Siento que afuera me desintegro y tengo que transitar la ciudad completamente en partes intentando unirme, intentando ser parte de algo, de una transacción que nunca se termina de hacer. 

Para ser completamente una tengo que estar en mi espacio, deliberar acá cómo llevar adelante lo que siento día a día, quedarme en el inodoro pensando si estallar en llanto o hacerme unos huevos revueltos. 


No puedo darlo todo por el afuera, no me interesa como esté el día. Quiero la seguridad de este techo blanco, de no tener que hablar si no quiero, de sentirme sola y tranquila. En este dos ambientes, con los mismos tres gatos todos los días.


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