CUADRILLÉ


Tengo el estado roto
amigdalado a un veneno,
del color de las hojas, del olor al invierno.
Algún curso fracasa.
Me mira a los ojos y me hace preguntas inquisitivas.
Tengo el pudor en los dientes,
en la excelente empuñadura de mi carne.
En mi no palabra,
en la piedra que empuja la tierra y genera el zumbido.
El interés por tu mundo, mi falta de olas.
El excelso aire que remonta en mis pulmones.
Voy, simplemente por el placer de decirlo,
con el miedo abrazado a las venas,
atornillado.
Y me dejo sola, para morirme en vos,
como nunca muero.

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