Pap y Colpo

Si pudiera elegir, estaría tomando un helado de crema americana, en alguna calle paralela a esta, pero toco el timbre y entro. La señora de la recepción, que parece tener 86 años, me pregunta si voy por "pap y colpo", le respondo en voz baja que sí. 


Tal vez hasta le agregaría dulce de leche granizado. Me devoran las paredes y estos cuadros raros. Las pinturas con manchas rojas ¿Tendrán un mensaje subliminal? Miro a las otras pacientes ¿Y si nos ponemos todas a charlar? Si de pronto nos contamos nuestros miedos e inquietudes, durante estos minutos... Lo hacemos más ameno para todas, le quitamos la solemnidad a que revisen nuestra intimidad, yo me sentiría más cercana a la experiencia, más presente.


Hasta podríamos ir todas juntas por el helado y lo bajoneamos acá. Nos puedo ver discutiendo los gustos, un mascarpone, cereza a la crema. Sacrifico mi dulce de leche granizado por un gusto que les cierre a ellas.


Me despojo de los pellejitos en los dedos a mordiscones, respiro profundo, me lo imagino sin problemas. Sentándonos más cerca para escucharnos mejor, para servirnos con una cucharita de heladería en cucuruchos comprados. La embarazada a mi derecha y la chica de falda a cuadros más al frente. Alguna diciendo "¡ay si re, boluda, qué rico!" y listo, asunto terminado.

 

Abro los ojos, no hicimos comunión espontánea, no fuimos a la heladería. Me pregunto si me habré depilado bien, como si fuera necesario esta imposición de formalidades. Me interno en el celu, miro pero no miro. Llaman a la chica de falda a cuadros, doy por sentado que ella pediría cereza a la crema. Ella y yo seríamos más amigas que el resto, nos hablaríamos seguido e iríamos a tomar vino, escuchar una banda, no sé. 


Cierro los ojos de nuevo, me muerdo los dientes. Todo va a estar bien porque la chica de falda a cuadros no tardó nada, le habría sostenido el conito medio derretido y se lo entregaría con una sonrisa al salir.  Me dedico a ser una con mi canal vaginal, me amigo mentalmente con el espéculo, con el "bajá la cola un poco más", con la desnudez y el consultorio de paredes celeste aburrido. Esta será mi mejor visita a la ginecóloga. Abro los ojos, me llaman.


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