SOÑÉ CON VOS TODA LA NOCHE
Me desperté envuelta en sábanas blancas, en el medio de la colina de un parque, donde un ex compañero de taller literario recibía un premio conmemorativo del mismo taller.
Al lado mío
alguien se despertaba también y nos envolvía alguna complicidad, de todas
formas nadie parecía reparar en el hecho de que recién llegábamos a esta ceremonia
envueltos en sábanas y nada más que sábanas, acostados a un costado de la
colina. Mi ex compañero parecía feliz de verme, con la ilusión de que había ido
por él y había llegado justo cuando lo condecoraban. Por un momento yo también
pensé lo mismo.
Volví a
abrir los ojos con todavía la sensación de no haber estado bien ubicada allí,
pero ahora estábamos vos y yo en un tranvía. No nos envolvían las sábanas
blancas pero si la misma edad de cuando cursábamos juntas. Hablábamos de alguna
materia, sentadas una junto a la otra, con las mochilas enormes debajo de
nuestros brazos, como cuando nos tomábamos el 33 en pleno invierno en el Puente
Olive.
Nos
bajábamos apuradas para tomar un colectivo, pero vos me decías que hiciéramos el
truquito de siempre, que al parecer era mirar desde la parada del tranvía si
venía el colectivo por la otra cuadra y correr a la parada antes de que llegue.
Así que corrimos.
Ahora me
doy cuenta que aquellas calles eran algunas de Maipú por las que pasaba el 153
antes de agarrar Godoy Cruz pero no recuerdo más. Solo esa sensación de
compañerismo, de ir juntas por el mundo facultativo en muchos colectivos, con mucha
carga en las mochilas y varias conversaciones que nos unían indefectiblemente.
Me levanté con
la dulzura de recordarte, de reírnos juntas sin saber que esos viajes por años
serían parte de un sueño 10 años después.
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