La asfixia
Tengo el alma destinada a morir en el pecho.
Una pasión que falta o sin despertar.
no me salva salir de los adentros.
Quiero apagar la luz que aún no fue prendida
y encontrarme en algún color,
en algún rezo propio,
hacer de cuenta que no sé mi nombre
ni cuanto pesa.
Pero soy este dolor inamovible,
esperando que todo lo que me cubre,
me empuje a alguna costa.
Y fumar tranquila ante la noche
como si tuviera algo que decir
que no me asfixia.
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