SALI, ESTOY SOLO

 -    ahioolo, AHIOLOO -     No entiendo las palabras sueltas pero algo escucho.

 No quiero y aún así el sueño me deja ir, me suelta la mano lentamente.

-     AHIOLOO -     Abro los ojos, es como abrir una persiana vieja con una sola mano y sentado. Por un lapso corto de tiempo mi cuerpo asume que la odisea de despertar e ir a sentarme a la compu para trabajar, vuelve a comenzar, pero el celular dice que son las 02:48. 

-     AHI OY SOLOO -     Vuelvo a escuchar los gritos. Ahora entiendo que son gritos y no un animal aullando. Salgo de la cama con agobio. Quién grita a esta hora así?

Me acerco con precaución a la ventana

-     SALÍ ESTOY SOLO! -     Ok, alguien tiene que salir, que salga entonces y nos deje dormir. 

Algunas persianas se abren, otros vecinos deben estar deseando lo mismo

-     SALÍ -     grita la voz masculina, la escucho más cerca así que me arrimo aún más a la ventana. Solo veo la calle, miro al frente, hay dos viejecitos mirando desde el balcón con curiosidad.

Me pongo ojotas y bata para dirigirme al balcón igual que los viejitos y así tener mejor visión

 -     SALÍ, ESTOY SOLO -

-     SHHH -     Alguien lo manda a callar. Me apuro para salir y no perderme nada

-     DALE SALÍ ESTOY SOLO -     El muchacho de remera azul me mira o eso creo yo, con la oscuridad me es imposible saber. Vuelvo a mirarlo porque no creo que me hable a mí.-     SALÍ TE DIJE, ESTOY SOLO -    repite. Siento de pronto la presión de que el vecindario me está mirando no bajar, no hacerme cargo de la situación. -     SALÍ, DALE -     sigue el muchacho.

Por momentos suena resignado, como quien tiene que dar una mano pero no quiere y por otros está apurado y resolutivo, un poco agresivo pero no se lo ve peligroso -     SALÍ, ESTOY SOLO -    un auto que pasa le ilumina la cara. Lleva una barba incipiente, ojos claros que se prenden por un segundo como gato en la oscuridad y me observan cuidadosamente.

-     A mí me decís? -     Mi voz suena más aterrada de lo que estoy en verdad, para este momento ya se me fue todo el sueño.

-     Y sí, SALÍ DALE -     Responde él. Una chica joven, en pijama me observa desde el balcón de mi derecha

-     Podés salir pibe? son casi las 3 de la mañana! -     Me dice ella.

-     Pero cómo voy a salir si no lo conozco! -     Le contesto de mala gana, ella no me cree, hace un gesto de desaprobación con la cabeza.

-     QUE SALGA -     grita alguien de más allá

-     si, que salga -     hay murmullos, ruiderío de gente

-     QUE SALGA, QUE SALGA -     empiezan a cantar todos juntos, de diferentes ventanas y balcones, algunos hasta agitan con la mano. 

-     Poné huevos pibe -     me dice uno. Siento que el cinturón de la bata me corta la circulación, me transpiran las manos como nunca me habían transpirado

-     SALÍ, DALE! -    me meto rápido y camino con paso apurado hasta el dormitorio, prendo la luz

-     QUE SALGA, QUE SALGA -     Busco una ropa para ponerme, podría ser el jean del trabajo, pero si me quiere pegar y caigo al suelo, se me puede ensuciar o romper y encima el otro jean ahora me queda un toque chico por los kilos que aumenté en el verano. Busco una jogineta que me parece más adecuada para la ocasión

-     SALÍ QUE ESTOY SOLO, DALE SALÍ CARAJO! -

-    PARAAAA! -     Le grito mientras busco remera. Seguramente ni me escucha pero tengo los nervios de punta.

Me pongo la camiseta del barza porque no quiero arruinar ninguna de las que encuentro.

No sé si bajar con el celular, tengo un miedo constante de que voy a quedarme fuera de casa y lo voy a necesitar para llamar a un cerrajero 

-     SALI -     Al instante recuerdo que tengo la credencial digital de la obra social, en el celu, y si esto viene para pelea, la voy a necesitar. Si se rompe, se rompe, si pasa, pasa. Es algo material y tendré que comprarme otro, no sé si ya porque el precio de los celulares es una locura, pero tal vez uno en muchas cuotas.

-     QUE SALGA, QUE SALGA! -     Quiero volver a la secundaria con mi mente, por unos segundos y recordar alguna pelea, alguna reacción. Realmente no tengo grandes peleas.

Una afuera de un boliche culpa de un amigo borracho que le tiró la cerveza a un pibe encima.

-     SALIII, ESTOY SOLO SALII -     Otra pelea en la canchita del barrio con los del barrio vecino. Le pegué un derechazo justo en el pómulo a Luquitas Di Marco, se le hinchó como una picadura de abeja y de ahí le quedó el apodo de "cuasimodo".

No estoy listo para pelear, estoy viejo, o sea no tanto pero sí para esto. Como si fuera poca cosa no voy a dormir nada y no puedo faltar al laburo, ya me tomé días para esta mudanza.

-     PODÉS BAJAR?-

-    DALE PONÉ HUEVO PIBE - 

Salgo, si me fajan tendré que tener un certificado médico y me puedo quedar en casa, chau picho.

Me miro con falsa seguridad en el espejo del ascensor. Escucho aplausos al salir pero no son para mí, son para ver el acto.

-     CAGALO BIEN A TROMPADAS!-

-     QUE APRENDAA! - El muchacho de remera azul se acerca y antes de que yo diga algo, me abraza. Sale de un auto mi amigo Juan, de repente veo a Bauti, la novia, Jorge. Van bajando de los autos y me cantan el feliz cumpleaños, algunos me tiran confeti, Juan me pone un bonete y nos abrazamos.

-     che, quién es este? -     Le pregunto señalando al muchacho que gritaba

-     no es amigo tuyo? El tuvo la idea de todo -


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