Cuando te conocí

-Sentí un ardor en la piel, como una señal extrasensorial que acudía a mí cuando estabas cerca.
Pero la primera vez fue más fuerte.
Fue el empuje de cada célula, el grito de la sangre mientras te miraba.
Como si todo se hubiera detenido y la gente a tu alrededor te señalara y asintiera con la cabeza dándome su consentimiento.
Vos estabas parada en el metrobus a unas cuadras del obelisco, con el pelo planchado y una campera de cuero.
Estabas nerviosa, ahora que te conozco de hace años puedo darme cuenta.
Pero me saludaste amistosamente y yo sentí un miedo casi de viento que me dio una puñalada en el pecho y pensé que podría arruinarlo todo con tan poco.
Que podría decir algo que te aleje y la posibilidad de seguir mirándote por siglos, se esfumaba en mi cara, arrebatándome el pan y el hambre.
Me esforcé toda la cita por no parecer un mequetrefe. Y te miré, te miré mucho. A los ojos, de perfil, sentada de espaldas, subiendo al taxi, comienzo pizza. Te miré la boca mientras hablabas y me mordí los dientes para no plantarte un beso que te tomaría en demasiada sorpresa, que me dejaría a mí como el mequetrefe que soy al final de todo.
No me olvido más eh, tu vestidito rojo con florcitas blancas debajo de la campera de cuero, tus zapatillas de niña skater, tu perfume impregnado en todo el pelo... qué querés que te diga, para mí fue amor a primera vista.
-Matias, a mí me conocíste en una clase de Yoga-

Comentarios

Entradas populares