CRONICAS DE ERNESTO PT 2

 Ernesto está a gusto. En pocos días va a cumplir un mes en casa, pero ya parecen varias vidas, aunque en cuarentena todo se multiplica por mil.


Este gatito cariñoso, se convirtió en un revoltoso bárbaro que lo único que quiere es juguetear por ahí con mi gata Titania. A ella por momentos le encanta y por otros quiere estar sola, volver a su independencia, a veces tiene cara de haber ligado una maternidad no deseada.


Las primeras semanas Ernesto vivía en el bañito y salía por horas al resto de la casa, para después volver a dormir a su camita al bañito. Ahora ya está en otra. Mis gatos se acostumbraron en parte a su presencia y el habita toda la casa. Sube a todos los muebles y quiere jugar con todo lo que se puede.


Aprendió que el pollito es riquísimo y que liga siempre a la hora de almuerzo y cena. Cuando nos ve agarrar su platito, corre al baño (donde usualmente comía y dormía) a la espera del manjar. Devora en segundos todo y como si fuera un bebé, después de comer se duerme plácidamente.


En un principio estaba tan extasiado del espacio, los otros gatos, las posibilidades que parecía no querer dormir nunca. Quería explorarlo todo, joder a todos los gatos, jugar con todos los juguetes. El borde de los ojitos se le ponía rojo y entonces sabía que era momento de darle algo de comidita y dejarlo en el baño para que descanse de los estímulos.


Ahora va entendiendo la mecánica de la casa y en su mayoría intenta dormir cuando duerme el resto.


A Ernesto le gusta dormir adentro de la cama, en el fondo de todo junto a los pies. Entra corriendo por el túnel inmenso para él de las frazadas y los abrigos de cama, para tirarse junto al pie más cercano, morder un poquito y quedarse plácidamente dormido.

Tiene algunos tajitos en la cara porque Titania le pone la mano encima como si fuera un gato grande, pero también Ernesto tiene que aprender así de límites. 

Le gusta correr por toodos los ambientes hasta que su corazoncito late a toda máquina, entonces se tira en el piso agotado y respira profunda y sonoramente una vez denotando que ya terminó el show.


Apenas despierta y si está solito corre por alguien con una verbalidad característica en él, hace como un pajarito y ronronea a todo motor cuando le dan mimitos. Le encanta dar besitos en la boca y morderme el pelo cuando duermo.

Ernesto será un excelente gatito para su familia definitiva y nosotros lentamente nos vamos despidiendo de él, de la nueva rutina que armamos a su alrededor y del cariño inmenso que le tomamos.

La gente del internet le mandó su amor, le compraron frazaditas y le bancaron el pollito que tiene que comer todos los días para mejorar su caquita (que, dicho sea de paso, ha ido mejorando notoriamente).

Tal vez esta sea su última crónica, pero como todos los gatitos que pasaron por este hogar, siempre será un hijito momentáneo que tuvimos, amamos y dejamos ir para llegar al objetivo superior de todo esto, la familia definitiva.




Comentarios

Entradas populares